octubre 13, 2009

HARD TIMES FOR TODOS


¿Quién no vio la fantastica pelicula "Amelie?, quien esté libre de haber disfrutado esta pelicula, que arroje el primer DVD. Lejos de hacer un analisis extenso de dicha obra, prefiero detenerme en una frase de esta pelicula.
"Times are hard for dreamers".
Y tal cual la defiendo, "Son tiempos difíciles para los soñadores". Y más si tenes problemas en la cervical y el muy puto del traumatologo te recetó dejar de usar almohada, porque te hace mal. Eres sabia Amelie, eres sabia.

¿QUERÉS AGRANDAR TU COMBO?


Tristeza, desesperación, abandono, depresión, impotencia, confusión, misantropía, neurastenia, miseria, desconsuelo, pena, pesadumbre, aflicción, melancolía, desolación, lamento, desdicha, abatimiento, congoja, añoranza, duelo, nostalgia...
Y EN EL CANAL C5N ME INFORMAN QUE A BARAK OBAMA LE GUSTA LAS HAMBURGUESAS CON QUESO Y LECHUGA.

octubre 11, 2009

TOLERAR LA INTOLERANCIA


Yo me considero una persona muy tolerante, quizás demasiado tolerante.
No solo hablo a nivel personal, sino al nivel socio-cultural y demás. Soy tolerante con respecto a las personas diferentes tanto en sus decisiones, como en su etnia y demás, mi frase de cabecilla es "AMOR Y PAZ" y sus desencadenantes. Miro alrededor, y veo cosas que no son de mi naturaleza, pero igualmente las acepto, yo soy muy "Let it be" por así decirlo, y sé que Lennon estaría orgulloso de mi.
B =Pero simplemente no tolero, no me entra en la cabeza como los floggers pueden ruborizarse tanto. (Entiéndase :S)

NO POR NADA ME DICEN COLGADA.


Y para hacer honor al nombre, tengo material para subir desde que empezé con ésto, pero no por nada me dicen colgada *inserte guiño*.

;).

mayo 11, 2009


¿Quién no tuvo una mañana nefasta alguna vez?. Personalmente, me llevo muy mal con las mañanas, siempre las cosas me salen peor de lo normal a esa hora.
Y hoy no fue la excepción. Tras no dormir absolutamente nada, completamente zombie, tuve que ir al centro de mi localidad a hacer unos trámites. Resulta, que el medico con el que tenia que hablar en el Hospital, se le habían cantado las bolas no ir, JUSTAMENTE hoy, que yo necesitaba hablar con él. OK, no desesperemos, mañana me dijeron que va a estar, no voy a empezar a acumular energías negativas. Entonces, con ese estúpido optimismo a cuestas, me dirigí a la oficina central de una línea de colectivos, para tramitar un pase. Y con sorpresa, recibo la explicación del sujeto a cargo, quien intenta hacerme comprender que los tramites de pase de colectivo de su línea, se hacen desde el 1ero, hasta el 10mo día de cada mes, o sea, que llegué tarde por un día (hoy es 11). Así que con la idea de haber ido hasta el centro completamente al pedo, de haber recibido tantas malas noticias, luego de cruzarme a dos personas que no quería cruzarme, me dirijo al colectivo (de la misma línea donde tuve que averiguar el pase) y subí.
A los tres minutos aproximadamente, noto que el respectivo chofer del colectivo tenía el semblante que brillaba de un mal humor, quizás peor que el mío.
Entonces me dije, “Carla, no sos la única que tiene días malos, ni mucho menos quien recibe malas noticias todos los días, así que ponete en el lugar de los demás, por lo menos una vez, e intentá tratar bien a la gente. Este sujeto no habrá dormido nada, esta obligado a trabajar en algo que quizás no le guste para nada, completamente atado a una empresa que la verdad, deja mucho que desear, y quizás la mujer lo hizo cornudo, vamos a ser amables con él.” (Si, mi conciencia habla en plural)
Entonces subo los respectivos escalones que me elevan hasta la máquina expendedora de boletos, y me dirijo hacia él “Buen día, ¿qué tal?, boleto de $1,10, por favor” (fuera de joda, lo dije textual.). Cuando éste marca el referente importe en la máquina, comienzo a deslizar la primera moneda, de diez centavos, con una sonrisa en la cara, obviamente, porque de vez en cuando me sale esa buena onda inusitadamente. Pero al intentar deslizar la moneda de un peso, se me resbala y se introduce entre el metal cobertor de la máquina, y la máquina misma. Mi semblante no flaqueó, le dije educadamente al señor lo que había pasado, con la intención que encuentre una solución, pero en vez de eso, me encontré de frente con un hombre encolerizado, (sin saber porqué) quien me dirigió una de esas miradas capaces de matar y se limito a susurrar “bajate nena, a mi no me chamuyás”, intenté explicarme desesperadamente que no mentía, que la moneda había quedado atrapada, pero todas explicaciones fueron obsoletas. Con un ademán de su brazo, señala la puerta, la cual abre con un botón, y con la peor cara de orto, me invita a bajarme.
¿Conclusión?, HAY QUE TRATAR MAL A TODO EL MUNDO.

Amén.

mayo 08, 2009

Te lo digo, pero no te lo digo

Muchas veces nos encontramos con los peculiares y tan usados “refranes”, una típica frase para decir con palabras enigmáticas, lo obvio. OK, está bueno usar refranes, si, quedas re canchero, resultas ser una persona re piola, que la tiene re clara, pero hay algunos refranes que simplemente me parecen absurdos o quizás será porque no los entiendo (me inclino mas por la segunda opción)

Que alguien me explique el conocido refrán “EL QUE SE QUEMA CON LECHE, VE UNA VACA Y LLORA”

¿Por qué voy a llorar?, si me quemo con leche me tiro agua fría y a la mierda. Pero, ¿y si me quemo con agua?, ¿agarro una 9mm y cago a tiros el termostato? ¿Y si me quemo tomando mate?, ¿voy a una estancia y la lleno con bombas molotov?

No contenta con este, el otro día en el colectivo, un señor mayor me dijo “No se debe escupir al cielo.”, con lo cual, después se lo repetí a mi respectivo padre, quien me aseguro que es un refrán, pero que, como yo suponía, tampoco sabe a que se refiere.

Osea, “no se debe escupir al cielo”, ¡Y NO!, porque si intentas, te cae el gargajo en la cara, y no debe de ser muy agradable. O peor aun, le puede caer a alguien más, y según las recientes encuestas, es posible que el 63.9% de las personas no se lo tomen muy bien.

Pero también existe un 76,5% de posibilidades de que al próximo que me responda con algún refrán, se gane un puñetazo 2x1.
Así que voy a reírme de mi misma (porque en ese caso, tengo mucho material) y voy a cerrar esta entrada con un simple:

A BUEN ENTENDEDOR, POCAS PALABRAS.

mayo 04, 2009

NO ENTIENDO


Alguien que por favor me explique como una persona puede disfrutar del colegio. OK, tengo 17 años (si, diecisiete), y este es mi ultimo año; pero no logro comprender como una persona se regocija ataviándose en un uniforme (particularmente feo), sentándose entre una veintena de personas, esperar a que llegue la profesora (quien comúnmente es una cuarentona, con la cara pintada al estilo puerta, con combinaciones de ropa de colores inusitados, quien también entra en la jerga adolescente para intentar ser mas “canchera”) y se digne a tomar lista, pronunciando mal el 78,5% de los apellidos (es RoberTS, profesora, no RobeR), luego comienza su monólogo se temas completamente poco atrayentes, e inservibles; para luego mandar una lista de consignas que HAY QUE hacer, pero claro!, si no las haces, tenes un 1 (uno)
Esto se remonta a la peculiarmente desagradable costumbre de la naturaleza humana (perdón Madre Natura) a etiquetar innecesariamente todo lo que nos rodea, es tan simple y estúpido como esto:
¿No haces la tarea? SOS un uno, VALES un uno, sos de las peores lacras chupasangre que puede existir, no significas una amenaza académica para nadie.

¿Tarea incompleta?, SOS un 5, VALES un 5 (o 6, o 7 dependiendo de la profesora). Te esforzaste, pero dejaste muchas cosas por hacer, típica persona que se agobia con el trabajo pesado y lo deja. ¿En realidad crees que podes competir con un 10? OLVIDATE.

¿Tarea perfecta? SOS un 10, VALES un 10. Sos la/el mejor alumno/a del colegio, sinceramente nadie puede pararte, resultas ser trabajador/a y nunca te rendís, OJALÁ LOS DEMÁS SEAN COMO VOS.

Y admitámoslo, todos queremos ser los mejores en algo, aunque sea en algún concurso de Bellezas de pies, o en quien se tira el pedo con más olor, lo cual nos lleva al nivel de competencia constante, todos queremos ser 10, y por suerte, muchos abandonamos al primer intento.
Aún así, no logro comprender como una persona puede sentarse exclusivamente a hacer la tarea, me parece una vulgar pérdida de tiempo, es más, puedo enumerar 5 cosas más importantes e interesantes para hacer:

• Leer las infaltables inscripciones en los bancos, y hasta con un poco de ganas, se pueden agregar mas.
• Encontrarle formas a las fascinantes manchas del techo (mi favorito)
• Jugar al tatetí y/o derivados con el compañero de banco
• Si te despertaste un poco mala onda, podes molestar a los que si hacen la tarea (no recomendado)
• Hamacarte en la silla (con precaución)


Y así puedo seguir, pero me gustaría detenerme en una de mis personales maneras de gastar el valiosísimo tiempo perdido en el colegio: Preguntar ¿Qué hora es?
Discúlpenme, se que seré demasiado pesada, pero me pone completamente esquizofrénica como un perro que le pica un lugar que no puede rascarse, me desespera, me pongo psicópata, no puedo estar ahí adentro sin saber la hora, y esta situación viene de la mano de reacciones violentas.
Ponete en mi lugar: Completamente cansada, de mal humor, vestida con un uniforme de cuarta, intentando pensar en mis cosas mientras tengo tanta gente alrededor hablando, por no mencionar a la profesora con la mirada fija en mi, NECESITO saber cuanto tiempo me queda en esta cárcel, entonces pregunto. Supongamos “son las 15:45”, entonces empiezo a hacer cosas para que el tiempo se queme mas rápidamente. En el lapso en el que calculo será media hora (como mínimo), juego al tatetí, escribo la mesa, dibujo algo en alguna hoja, hablo con mi compañera de banco, me acuesto momentáneamente, miro a todos mis compañeros, y finalmente me doy vuelta para el momento que espero con tanta alegría (decime que falta por lo menos 10 minutos para irnos” “Carla, me preguntaste hace cinco minutos, son las 15:50”
Y así son mis 5 días en el colegio, una completa película a lo Psicosis. Y vale aclarar que este es el año numero 13 de escolaridad, y me sorprendo a mi misma dándome cuenta que todavía no le dije a mi compañera “Disculpame, ¿podrías asestarme una muy educativa y completamente culta puñalada con la punta de tu compás?”.